jueves, 17 de febrero de 2011

Pabellon Niels Bohr, Vilhelm Wohlert

El proyecto nació cuando Niels Bohr  preguntó a Wohlert si podía ayudarle en la restauración de su casa, el trabajo también implicaba el diseño de una nueva ala de invitados cuyo programa era bastante simple, cuatro habitaciones, de dos en dos para niños y adultos y una quinta para la niñera o personal de servicio.
El ala se convirtió en un pabellón independiente en el jardín, situado al norte de la casa principal en un ángulo de 60 grados que ofrecía a los invitados la oportunidad de aprovechar la luz solar sin perder el contacto con la antigua casa.
El diseño parece engañosamente simple, una caja flotante de madera cerrada por el norte y abierta por el sur, pero no tan fácil, ya que el edificio podía convertirse en una caja completamente cerrada y abierta en compartimentos a través de puertas y contraventanas abatibles. Este edificio fue construido con el fin de ser un lugar de temporada que, podía cerrarse a lo largo de los fríos inviernos daneses, más tarde, permitía estar parcialmente abierto durante la primavera, para finalmente estar completamente abierto durante los calurosos meses de verano.
Por muchas razones, el pabellón se aprecia mejor como un mueble, una cabina hermosamente creada a mano. La casa pintada de negra se abre a un interior blanco alumbrado por el sol, subrayando esa sensación de pieza artesana.
El pabellón esta hecho completamente de madera, los tableros son aserrados en bruto, tienen asfalto entre ellos y se tratan con alquitrán negro para preservarlos. La caja descansa en tres vigas de hormigón de 25 centímetros de ancho que se distribuyen a lo largo del edificio levantándolo 30 centímetros del suelo y aislándolo a la vez.
Durante el verano, cuando el edificio se abre, las contraventanas batientes se posicionan de manera horizontal sirviendo de toldos, dando sombra y protegiendo de la lluvia, mientras que las puertas de cristal se abaten hacia el interior de manera que  la conexión  entre el  interior  y el exterior es completamente libre, haciéndolos un todo. Una vez abierta, la caja negra de cerca se parece a una concha de ostra, teniendo un interior refinado, suave y blanco que contrasta con el más duro, oscuro caparazón. Esta vista aumenta el sentido de que el pabellón es un gran armario, un joyero en el jardín.
El pabellón es una de los primeros ejemplos del nuevo estilo moderno escandinavo, que utiliza materiales modestos y construcción molecular que está fuertemente inspirada en la arquitectura japonés, como podemos ver en las dimensiones de su planta, moduladas por tatamis, unidad que se utiliza en la arquitectura nipona.
 

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